El pasado 6 de junio, a través de un comunicado las llamadas Organizaciones Sociales anunciaron bloqueos de las vías del departamento de Arauca, sino se daba cumplimento a un pliego de condiciones, así como la instalación de una “mesa de interlocución” con presencia de seis ministros y altos funcionarios del gobierno nacional.
Las razones fundamentales de la protesta son válidas: las afectaciones de la ola invernal y la desatención por parte del Estado, a las comunidades que han sufrido los rigores de las lluvias y desbordes de afluentes hídricos; sin embargo, se aprovechó la circunstancia para plasmar un “pliego de exigencias” que difícilmente se podrán cumplir en el corto plazo, como son la compra inmediata de cuatro dragas, la adquisición de cinco bancos de maquinaria y combustible, la construcción de cuatro Centros Logísticos Humanitarios. Así mismo, le exigen al INVÍAS, la construcción de puentes y mejoramientos de vías. A otras entidades las conminan a terminar las plantas procesadoras de: plátano en Tame, de concentrado en Saravena, de lácteos en Arauquita y el extenso listado incluye hasta el mejoramiento de viviendas.
Adicionalmente a estas exigencias, se solicitó la instalación de una “mesa de interlocución” con los Ministros del Interior, de Agricultura, Defensa, Transporte, Vivienda y Medio Ambiente; con los directores de entidades del orden nacional como Gestión del Riesgo de Desastres, Instituto Colombiano Agropecuario – ICA, INVIMA, CORPORINOQUIA, obviamente con el Gobernador de Arauca y un extenso número de entidades.
Por su parte, el gobierno departamental coordinó para los días 16 y 17 de junio, la presencia y visita al municipio de Saravena de altos funcionaros, sin embargo, a pocas horas de instalarse la tan anhelada mesa, las organizaciones sociales amenazan con llamar a un paro indefino en el departamento de Arauca, de no cumplirse con sus expectativas.
No es lógico que se pretenda hacer respetar, a la fuerza, el derecho válido de las comunidades afectadas, a costas de sacrificar la libre movilización del resto de la sociedad. No hay derecho que un pequeño grupo, que se hace visible la mayoría de las veces por las vías de hecho y la intimidación, someta a todo un departamento, y peor aún, a la institucionalidad.
Esas organizaciones de carácter anárquico, no buscan otra cosa que el manejo mismo de los recursos, como lo hicieron saber en su comunicado, donde manifestan que los bancos de maquinaria, las dragas y las obras, deberán ser manejadas por empresas comunitarias o en su defecto, por las organizaciones comunales.
No estamos hablando de poca cosa, la sola adquisición de las dragas supera los $25.000 millones de pesos; los proyectos de protección de la cuenca de río Cusay, superan los $35.000 millones; los bancos de maquinaria fácilmente pueden costar $30.000 millones… es decir, que la suma total del pliego de exigencias, estaría alrededor de los $200 mil millones de pesos.
Lógico, el manejo de los recursos sería absoluto por parte de las organizaciones sociales, a través de empresas como ECAAAS-ESP – Empresa Comunitaria de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Saravena, ya que, de no ser de esta manera, entonces la sociedad civil, 300 mil araucanos, podríamos continuar indefinidamente bajo el yugo y los caprichos de algunos sátrapas, que lideran estas mal llamadas organizaciones o movimientos sociales.
En Arauca estamos viviendo la verdadera “Rebelión de la Granja”, novela cuyo tema principal es el abuso de poder y cómo éste, corrompe a los que lo poseen, llevando a la avaricia, la discriminación y a la traición. Así, los cerdos de rebelión en la granja, usan su poder para manipular y engañar a los otros animales y afianzar su dominio sobre ellos.
