La capital del departamento conmemora 237 años de su fundación. Hoy, en la emblemática Avenida Ciudad de Arauca se encontrarán miles de rostros, conocidos y no tanto; autóctonos y foráneos; algunos a pie y otros a caballo… pero todos se darán cita para un solo objetivo: festejar otro aniversario más de esta hermosa ciudad a la que grandes artistas le han cantado y la que a muchos otros, ha encantado.
El 4 de diciembre es para el araucano una fecha importante; es cuando se conmemora y celebra la idiosincrasia de todo un pueblo, de una estirpe gallarda, de una raza indómita: la llanera. Una tierra que aportó a la libertad de la patria y que aún sigue dando la riqueza de sus entrañas; una tierra a la que muchos llegan esperanzados y donde encuentran la forma de realizar sus sueños, siendo recibidos como lo reza el adagio llanero: es una ley del llanero darle la mano al que llega…
Hoy es el preámbulo e inicio de las Fiestas Patronales en Honor a Santa Bárbara. En este día la Iglesia se engalana para rendir honor a su santa, pues en medio de la fiesta y el bullicioso, también está el encuentro con Dios. Antaño, no se realizaba ninguna actividad sin contar antes con la bendición religiosa; la imagen de la patrona se paseaba por la “calle real”, seguida del pueblo que a pie o a caballo, lanzaba «voladores» y entonaba cantos en su honor.
Ahora se llevan dos procesiones: la de la Iglesia Catedral, que este año iniciará a las 8:30 de la mañana alrededor de la Plaza Simón Bolívar, junto a los jóvenes que celebrarán el sacramento de la confirmación, para posteriormente dar paso a los ritos eucarísticos de dedicación patronal hacia las 9:00 de la mañana, y esperando contar con la presencia de las principales autoridades de la ciudad.
La otra procesión, es la que realiza el comité Avenida Ciudad de Arauca, quienes desde el 25 de noviembre han venido celebrando la novena a la patrona, con joropo y encuentros fraternos sobre la carrera 19, avenida donde permanece un gran número de familias raizales y por donde transita la imagen de la Santa para dar apertura a las actividades y festividades del día.
Es el Día de la Araucanidad, fecha instaurada como oportunidad de encuentro de familiares y amigos que durante el resto de año se encuentran ausentes, y que aprovechan las fiestas decembrinas para volver a sus raíces. Era un día donde originalmente se compartía un buen plato de picadillo, de pisillo, o una presa de pato güire, cachicamo o lapa, mientras se contaban entre sí las peripecias y anécdotas tenidas.
Sin embargo, de ese día maravilloso de realce autóctono, ya queda muy poco. Desde hace algunos años hacia acá, la Avenida Ciudad de Arauca para el Día de la Araucanidad, se ha convertido en una gran cantina; aquellas mesas adornadas con la gastronomía criolla y los más ricos dulces, preparados por las prodigiosas manos de nuestras mujeres llaneras, han sido reemplazadas por cavas con hielo y cientos de cervezas y licores que son ofrecidos a los transeúntes, bajo el ruido ensordecedor de equipos de sonido que ya no tocan nuestro joropo galante, sino el vallenato y el reggaetón.
Ni qué decir de las ventas ambulantes de globos, juguetes, sombreros, ponchos; de los puestos de “chuzos”, chorizos, arepas, empanadas. Pero aun así, tenemos tradiciones que luchan por mantenerse: la vara de premios en la esquina de «los Soriano», el baile del Paloteo y la elección y coronación de la Señorita Arauca. Este día elegimos nuestra representante al Reinado Internacional del Joropo y la Frontera. Y así, con todo este crisol cultural y religioso, es que nosotros decimos cada 4 de diciembre que: ¡Arauca está de Fiesta!