Continúa el malestar en la comunidad araucana y las mismas autoridades por la ineficiencia de los jueces y fiscales encargados de impartir justicia frente a los casos de abuso que viene realizando Luis Alberto Bello Gómez, conocido con el alias de “Pirro”, quien cuenta con un beneficio de principio de oportunidad, pero al igual continúa delinquiendo y es autor de los múltiples robos a residencias en los últimos días en la ciudad de Arauca.
Aunque la Policía Nacional ha capturado a este sujeto, la fiscalía se escuda en señalar que el delincuente es una pieza clave para dar con otros delincuentes con el aporte de información que les facilita, por lo que el irregular continúa en las calles de Arauca haciendo de las suyas
Y es que en los últimos días, los robos se han disparado, varias han sido las residencias que han sido saqueadas por este y otros delincuentes, llevándose sumas de dinero entre 10 y 20 millones de pesos, joyas y electrodomésticos que posteriormente son comercializados a un menor costo por la facilidad de adquirir dinero.
Las quejas y denuncias de los afectados son constantes ante las autoridades de policía que ya no encuentran qué hacer ante el grado de impunidad que se tiene con este delincuente, de alias “Pirro”, del que están cansados de lidiar y que tiene alianzas estratégicas con otros rateros y los consumidores de sustancias alucinógenas que actúan tanto en la noche como en el día en sectores residenciales y del comercio.
Los agentes de policía vienen cumpliendo con su labor de capturar y poner a disposición de las autoridades a las personas que vienen incurriendo en esta clase de delitos, pero que no se ven los resultados de los jueces y los mismos fiscales, que en últimas están haciendo que la delincuencia opere sin ningún control en la ciudad capital.
En los últimos días, la delincuencia en la ciudad de Arauca se ha desbordado, y no ha sido negligencia de las autoridades de la policía, sino de la otra parte, de las autoridades, de quienes tienen que impartir justicia. Frente a este caso no hay condenas, ni multas y mucho menos ninguna orden judicial para esta clase de delincuencia rampante que se está apoderando de diferentes sectores de la ciudad, muchos de ellos con complacencia.