En las comisiones tercera y cuarta de la Cámara de Representantes será radicado el proyecto reforma tributaria. Las comisiones económicas del Congreso definirán entre hoy y mañana, la suerte del proyecto de Ley de Financiamiento del Gobierno que busca un recaudo de $ 16.3 billones para financiar el presupuesto de 2026.
La iniciativa, presentada por el Gobierno, promete equilibrio fiscal y sostenibilidad, pero sus medidas más polémicas apuntan directo al bolsillo de los colombianos y a los costos operativos de las empresas.
El texto propone IVA del 19% para juegos de azar en línea, bebidas alcohólicas y vehículos híbridos, además de eliminar la exención para hospedajes de turistas no residentes.
Aunque se descartó gravar la gasolina y el ACPM, el impacto en productos de consumo masivo es evidente: el impuesto al consumo de cervezas se ajusta con un componente específico de $198 por botella y un ad valorem del 15%, mientras que los licores y vinos tendrán tarifas del 30% más incrementos anuales por IPC + 4 puntos.
El tabaco no se queda atrás: la cajetilla subirá a $11.200, y los vapeadores pagarán $2.000 por mililitro.
El sector financiero enfrentará una sobretasa que eleva su tarifa total al 50%, con un recaudo estimado de $1,2 billones. Las compañías con patrimonios superiores a 40.000 UVT pagarán un impuesto progresivo que llega hasta el 5%, afectando grandes fortunas y holdings.
Además, se crea un impuesto especial del 1% para la extracción de hidrocarburos y carbón, y una contribución obligatoria para empresas de servicios públicos domiciliarios.
El proyecto incluye un incremento del impuesto al carbono: la tarifa por tonelada de CO₂ sube de $27.399 a $42.000, lo que impactará combustibles y transporte. También se endurecen las reglas para envíos internacionales: el umbral exento de IVA en tráfico postal baja de USD$200 a USD$50, encareciendo compras por plataformas globales.
Tras intensas negociaciones, se eliminaron artículos sobre IVA a combustibles y deducciones por dependientes, pero se mantuvieron los impuestos al consumo y las medidas de progresividad. El Gobierno insiste en que la reforma no toca a la clase media, aunque expertos advierten que el aumento en precios de cerveza, licores y cigarrillos afectará el gasto familiar.

