En medio de la polémica generada por la reciente compra de aeronaves Gripen para la Fuerza Aeroespacial Colombiana, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, aseguró que el proceso se adelantó “con total transparencia” y bajo estrictos protocolos técnicos, financieros y de seguridad nacional.
El jefe de la cartera explicó que, ante los cuestionamientos, el Ministerio solicitó formalmente a la Contraloría, la Procuraduría y a la organización Transparencia por Colombia que revisen cada fase del proceso de adquisición.
“Aquí puedo decirles con toda la tranquilidad: fue un proceso totalmente transparente donde se involucraron más de un centenar de militares de la FAC, civiles del Ministerio de Defensa, una firma especializada de abogados y comités técnicos, económicos y jurídicos”, afirmó.
El ministro recalcó que en la negociación también participaron representantes del Gobierno sueco y de la empresa fabricante, e insistió en que los señalamientos que vinculan a terceros ajenos al proceso carecen de fundamento.
“Uno no entiende qué hay detrás de ello. Aquí hay total transparencia, pero transparencia también entendiendo que es un proceso que goza de reserva por tratarse de seguridad y defensa nacional”, dijo.
Detalles financieros de la adquisición
La compra se concretó por 3.135 millones de euros, con una proyección presupuestal de 16,5 billones de pesos, cifra que explicó el ministro, no corresponde a un pago inmediato ni definitivo.
Según aclaró, el pago se realizará durante siete años e incluye variables como financiación, proyecciones de inflación y la fluctuación del euro frente al peso colombiano.
“Si el peso se valoriza, muy seguramente no vamos a gastar esos 16,5 billones”, señaló.
El jefe de la cartera añadió que el monto final dependerá de estas condiciones macroeconómicas, por lo que la conversión directa del total en euros al valor del día no refleja el costo real del programa.
¿Qué está comprando Colombia?
El ministro enfatizó que no se trata solo de 17 aeronaves, sino de una “capacidad de superioridad aérea” completa.
Detalló que cada avión viene “full dotado” con sistemas de armas, radares, sensores y hardware de última generación.
“Es como cuando usted va a comprar un carro: si le quiere poner blindaje, sensores o frenos especiales, todo tiene un costo adicional”, explicó al referirse al nivel de integración tecnológica.
La adquisición también incluye armamento, del cual no se puede revelar tipo ni cantidad por razones de reserva, un paquete logístico con herramientas y bancos de prueba, y un completo programa de entrenamiento para técnicos y pilotos.
Este último incorpora un centro avanzado de simulación con cuatro cabinas, que permitirá entrenar individualmente y como escuadrón de combate.
Finalmente, el ministro aseguró que la decisión consideró no solo el precio de compra, sino los costos futuros de mantenimiento. “Las cifras son favorables y por eso se tomó la decisión”, afirmó.
Invitación al escrutinio público
Para cerrar la controversia, el ministro anunció que presentará toda la información reservada que puede compartirse ante los entes de control y ante la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes, siguiendo los protocolos de confidencialidad.
“Que estén tranquilos todos los colombianos: ni un solo peso se ha perdido y, lo más importante, se está adquiriendo una de las mejores capacidades para la defensa del país”, concluyó.

