Después de una conversación telefónica entre el primer ministro de Ontario, Doug Ford, y el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, Donald Trump cambió de parecer.
“Hay alguien muy fuerte en Canadá que anunció que impondría un recargo a la electricidad. (…) Eso habría sido algo muy malo y no lo va a hacer, respeto eso”, dijo Donald Trump en la Casa Blanca. Y añadió que probablemente reconsideraría duplicar los aranceles.
Su asesor comercial, Peter Navarro, lo corroboró. “Puedo confirmarles eso”, declaró en rueda de prensa consultado sobre si el presidente renunciaría a llevar a 50% las tarifas aduaneras al acero y aluminio de su vecino.
Ford adelantó que hará lo propio con la electricidad, tras una discusión “productiva” con Lutnick, con quien tiene previsto reunirse el jueves en Washington.
Las nuevas amenazas de Trump llegaron horas antes de que a medianoche expire el plazo que el mandatario estableció para imponer nuevos gravámenes a estos productos.
Sin embargo, los aranceles del 25% aún están en pie, aunque en pausa hasta el 2 de abril, día en el que Estados Unidos impondrá aranceles reciprocos.
El país más perjudicado será Canadá, un aliado histórico y, junto con México, su socio en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC).
El futuro primer ministro de Canadá, Mark Carney, prometió el martes que la respuesta de su país cuando tome el poder tendrá “un impacto máximo sobre Estados Unidos y un impacto mínimo en Canadá”.
El domingo ya adoptó un tono desafiante, afirmando que su país “nunca formará parte de Estados Unidos”. “Que los estadounidenses no se engañen. En el comercio como en el hockey, Canadá ganará”, aseguró.