Las cifras no mienten: 100 asesinatos, muertos en cada rincón del departamento, 85 desapariciones forzadas y nada de esto es suficiente para que se de el más mínimo pronunciamiento por parte del gobierno nacional. Cosa distinta hicieron cuando se atenta contra la infraestructura petrolera. Donde queda la vida de los araucanos, pregunto a congresista.