En el complejo escenario del conflicto armado en Colombia, el reconocimiento político de grupos insurgentes es un tema delicado y controvertido.
Recientemente, en los micrófonos de Caracol Radio, el senador del partido Alianza Verde, Ariel Ávila, ha abordado este asunto en relación con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El funcionario declaró: “el hecho de que el ELN no haya prorrogado el cese al fuego, corresponde a dos cosas. Una, es sus divisiones internas que nos la pudieron realizar en el congreso que hicieron, y dos, las negociaciones están heridas de muerte, el Gobierno Nacional y la oficina del alto comisionado, tomo una decisión de negociar, con el frente Comuneros del Sur en Nariño y para mí eso fue un error”.
De igual forma, también afirmó: “esto se va a zanjar en dos o tres semanas, va a ver un cese al fuego, yo creo que esto se va a reconstruir, hay un equipo internacional, unos países garantes, un cronograma y una agenda, yo creo que esto se solventa”.
Presión del Clan del Golfo
Ariel Ávila señala que el Clan del Golfo está presionando a las comunidades para obtener un reconocimiento político.
Los líderes de dicho grupo al margen de la ley han hecho entender, en conjunto con Gustavo Petro, que se realizaran diálogos pronto.
Diferencias con el proceso de paz de las FARC
Ávila recalca que el proceso con el ELN no es un proceso de paz en sí mismo. No existe un estatus de beligerancia ni reconocimiento político como ocurrió en su época con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.
La extradición no se tocará en la ley de sometimiento para las bandas criminales, lo que significa que los líderes del Clan del Golfo podrán ser extraditados.
Generosidad y errores en el camino
El senador considera que la oferta de sometimiento del Gobierno es generosa.
Por otro lado, destaca que el presidente cometió un error al comunicar un cese al fuego bilateral sin establecer protocolos previos, lo que generó confusión.
La posición del Gobierno en relación con el reconocimiento político del ELN
Esta decisión ha sido objeto de debate y controversia. La administración de turno ha reconocido al Ejército de Liberación Nacional como una “organización política armada rebelde” en el contexto de las negociaciones de paz.
Dicho otorgamiento, busca avanzar hacia soluciones al conflicto armado que ha afectado al país durante casi seis décadas.
Exigencia de voluntad de paz
La delegación del gobierno en la mesa de conversación con el ELN ha exigido a la guerrilla que aclare si tiene voluntad de paz.
A pesar de dos años de diálogo, este grupo armado aún no ha respondido de manera inequívoca si está dispuesto a transitar hacia la armonía o si concibe el proceso como una oportunidad para su fortalecimiento militar.
Ultimátum y desafío a la guerrilla
El gobierno ha dejado en manos del ELN la decisión de seguir construyendo acuerdos. Se espera que la guerrilla aclare si tiene un propósito obvio de llegar a un censo y si está dispuesta a descongelar los trabajos de la mesa de diálogos y renovar el cese al fuego monitoreado y verificado.
