Enorme conmoción y dolor reina en el Departamento de Arauca por la muerte del fundador de La Voz del Cinaruco Garrid Muñoz Tello, quien fuera asesinado de manera cobarde por sicarios ayer en las afueras de Villavicencio en circunstancias que todavía no han dado a conocer las autoridades en el Departamento del Meta. El dolor que embarga a la familia de La Voz del Cinaruco es inmenso por el significado que tenía el patriarca de la radio en la región, considerado toda una institución en Arauca, respetado en sus conceptos, sabio en la manera de mirar las múltiples facetas que vivió el Departamento en sus momentos más aciagos, guía y orientador de gobernantes y funcionarios que a diario acudieron en busca de su consejo.
Muñoz Tello dejó su tierra natal, el departamento del Huila, hace 39 años para dedicar más de la mitad de su vida al desarrollo del Departamento participando en la fundación de La Voz del Cinaruco, primera emisora de la región y que vino a llenar los espacios que otrora tenían emisoras de Venezuela y Villavicencio.
Durante su trayectoria al frente de La Voz del Cinaruco tuvo el valor y la suficiencia de carácter para enfrentar las enormes dificultades que embargaron en momentos trascendentales la reconocida emisora "patrimonio del pueblo araucano".
Muñoz Tello nunca no tuvo reparos para decirle la verdad al interlocutor que se le pusiera al frente. Algunas veces lo hizo con ese exquisito sentido del humor que siempre le caracterizó y que hoy comenzamos a extrañar y otras en tono serio y contundente.
Humano como nadie Muñoz Tello siempre lideró solidariamente causas que merecían el apoyo de La Voz del Cinaruco, pero de manera personal jamás fue mezquino para meterse la mano al bolsillo y auxiliar a la mujer desamparada, al hombre en la inopia, al niño abandonado a la familia en la miseria.
En sus inicios en Arauca no se quedó quieto solamente en la emisora. Fue fundador del cuerpo de bomberos e hizo presencia en el Concejo Municipal de Arauca.
Tuvo el valor de rechazar el nombramiento como alcalde de Arauca, pero nunca abandonó la intención de ver grande y libre a Arauca y al pueblo araucano.
Fue un gran hombre, un hombre muy respetado, el padre de la radio.
Hoy quienes servimos en La Voz del Cinaruco quedamos en la orfandad porque hemos perdido a ese hombre que se portó como nuestro padre, consejero y amigo.
Señor Muñoz, paz en su tumba.
