Bogotá, Colombia 22 de Enero de 2008 (ACNUR) – Aproximadamente 2.000 personas han huido de las zonas rurales para refugiarse en ciudades y pueblos, después de haber recibido amenazas de grupos armados irregulares en Arauca, al este de Colombia.
Cerca de la mitad de estas personas se encuentran en la ciudad de Saravena, alojándose con amigos y familias o en edificios públicos como escuelas y colegios. Los otros 1.000 han llegado a las ciudades de Tame, Arauquita, Fortul y a la capital del departamento de Arauca, así como a pueblos más pequeños.
Las autoridades locales y el Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR, se encuentran entregando ayuda humanitaria de emergencia. Las autoridades locales han reaccionado rápidamente pero dicen que el alcance del desplazamiento desborda su capacidad y han solicitado ayuda a las entidades nacionales y regionales en temas de albergues, educación y salud.
Muchos niños se encuentran entre el grupo de desplazados y existen preocupaciones, especialmente en Saravena, sobre la situación de salud que se podría deteriorar con la llegada de tantas personas en las dos últimas semanas. El año escolar acaba de comenzar en Colombia y los niños están en riesgo de retrasarse en su educación a menos que se tomen medidas preventivas rápidamente. De acuerdo con la ley colombiana, el Estado debe garantizar el acceso a la educación para todos los niños desplazados.
El equipo del ACNUR en el terreno dice que algunos lugares del departamento, y sobre todo alrededor del pueblo de Tame, el campo se encuentra casi vacío. Las personas comenzaron a huir hacia las ciudades durante la segunda semana de este mes, después de recibir amenazas de grupos armados irregulares. El gobierno y varias ONG reportaron el asesinato de varios líderes de la comunidad desde inicios del año.
"Estamos atrapados en una encrucijada y dondequiera que vayamos terminamos en un problema," dijo un campesino de un pequeño pueblo a las afueras de Tame. "Algunos de ellos nos dicen que tenemos que irnos, otros dicen que debemos quedarnos. Al final de cuentas no somos amigos de Dios ni del diablo."
El gobierno y varias ONG informaron del asesinato de varios líderes de la comunidad desde el comienzo del año. Otras fuentes reportan la desaparición de varias personas.
La violencia en la zona también está afectando a dos grupos indígenas locales, los Guahibo y los Siriri-Catleya. Cerca de 150 Guahibos han huido de su territorio para refugiarse en Tame, mientras que 45 familias (alrededor de 300 personas) pertenecientes al grupo Siriri-Catleya han llegado al pueblo de Betoyes.
"El desplazamiento de grupos indígenas es un tema de gran preocupación, debido a sus fuertes lazos con la tierra, de la cual depende su supervivencia cultural." explica Roberto Mignone, Vice-Representante del ACNUR en Colombia. Él agregó que bajo la legislación colombiana y los principios internacionales, deberían hacerse esfuerzos especiales para proteger a grupos indígenas del desplazamiento forzado.
Desde la semana pasada un equipo del ACNUR ha estado en Arauca supervisando la situación y preparándose para la apertura oficial de una nueva oficina de terreno el próximo mes. El ACNUR tiene 12 oficinas en Colombia, donde trabaja para apoyar los esfuerzos del Estado en la protección y asistencia a la población desplazada.
Arauca se encuentra localizada al este de Colombia, a lo largo de la frontera con Venezuela y es una de las regiones más afectadas por el conflicto armado en este país. La extracción de petróleo proporciona la fuente principal de ingresos en el área, aunque muchas de las familias viven de la agricultura y del trabajo en el campo.
Por Marie-Helene Verney
En Bogotá, Colombia
