En medio del Diálogo intersectorial con presencia de delegados del orden nacional, trabajadores y contratistas de la industria petrolera, que se realizó este 28 de marzo en Arauca, se conoció un comunicado con el logo del Ejército de Liberación Nacional – ELN, que alteró y dejó más preocupados a los participantes de este evento, que buscan una salida a la parálisis del sector que lleva más de 60 días.
En la comunicación recibida se logra establecer de manera clara que el ELN realiza “exigencias” a las multinacionales y adicionalmente aseguran que “las retaliaciones contra los trabajadores y comunidades, relacionados con despidos laborales, suspensión de la entrega de recursos a las comunidades y obligación contractuales, ambientales y sociales, deben cesar, sopena de una respuesta de mayor contundencia de nuestra fuerza revolucionaria”. En el escrito también se dice que: “toda agresión contra los trabajadores y las clases populares, es nuestro deber combatirla, seguiremos en pie de lucha.”
Una vez conocido el documento por los participantes, entre quienes se encontraban representantes de los ministerios de: Trabajo, Interior, Defensa, Minas y Energía, la Agencia Nacional de Hidrocarburos y la Oficina del Alto Comisionado para La Paz, deciden suspender la reunión mientras se verificaba la autenticidad del comunicado, por lo que pidieron 10 días para entregar una respuesta sobre el tema.
Sin embargo, un grupo de trabajadores y representantes de empresas contratistas, exigían el reinicio inmediato de las operaciones ya que más de 2.000 familias son directamente afectadas por la parálisis que supera los dos meses.
Un asunto que pareciera no tener una solución pronta y fácil
Mientras el gobierno nacional adelanta un proceso de negoción con el ELN, incluso reconociéndoles un estatus político, los avances o muestras de voluntad de paz en Arauca no se ven por ninguna parte. Así lo aseguraron empresarios, trabajadores y contratitas de dichas multinacionales.
Esta vez el ELN asegura una mayor acción militar en contra de las empresas petroleras vinculadas al departamento de Arauca, sino se cumplen sus “exigencias”, lo que se traduciría en un incremento en las voladuras al oleoducto y a la infraestructura petrolera y gasífera de la zona, por lo que muy seguramente no se reiniciarían operaciones de manera normal, ya que no existirían las condiciones de seguridad, y por tanto estarían en plena libertad de acudir a las ya muy bien conocidas “razones de fuerza mayor” y por ende, no llamar nuevamente a los trabajadores. Es decir, es un círculo, que donde se afecte a una parte de este, se afecta a toda la industria, incluyendo a los trabajadores.
Por otra parte, el gobierno nacional está en mora de realizar un pronunciamiento y adelantar acciones concretas sobre la situación de orden público en Arauca, donde día a día se presentan alteraciones y afectaciones a la industria petrolera, que hoy por hoy, es la mayor fuente de ingresos del país. De no lograr esos ingresos de las exportaciones de petróleo, sencillamente el gobierno no tendría como sostener o financiar los programas sociales con los cuales pretende beneficiar a más de 5 millones de colombianos.
Así las cosas, si el ELN persiste en mantener esas posturas inamovibles, difícilmente tendremos una salida al problema de Arauca, donde actualmente se vive la crisis económica más fuerte de toda su historia.