Aparecieron dos colombianos muertos en Arauquita, frontera con Venezuela
El pasado sábado 24 de octubre la familia del cucuteño Édgar García se enteró de su muerte. El cuerpo fue encontrado a orillas del río Arauca en la vereda El Cedrito, Arauquita, en la frontera con Venezuela, junto a otro hombre natural de Arauca que no fue identificado.
Ese día también se conoció el asesinato de los ocho colombianos secuestrados durante un partido de fútbol en el municipio venezolano de Fernández Feo.
De acuerdo a los reportes, García murió baleado el 21 de octubre en Venezuela. Después, su cadáver fue abandonado en Arauquita, junto al de su compatriota sin identificar. En el hecho habrían muerto dos personas más cuyos restos quedaron en el lado venezolano de la frontera, en el estado Apure.
Los familiares de Édgar García dijeron que el cucuteño trabajaba cerca al municipio Fernández Feo, en el estado Táchira, al igual que los ocho colombianos que fueron secuestrados durante un partido de fútbol, y posteriormente ejecutados.
Las autoridades venezolanas investigan el posible vínculo entre los dos hechos. Por el momento, se desconocen las causas del asesinato y el por qué dos cuerpos aparecieron en Colombia y dos en Venezuela
Denuncian otra masacre de colombianos en Venezuela
El cónsul de Colombia en el estado venezolano de Barinas, Jairo Martínez, reveló este martes que investiga denuncias de una masacre de cinco colombianos ocurrida en agosto pasado.
En la masacre habría caído también un ciudadano venezolano, con lo que el total de personas muertas en el mismo hecho serían seis, según agregó el cónsul colombiano que indicó que el múltiple crimen habría ocurrido en la localidad de Socopó, en el municipio Antonio José de Sucre.
Lina Dávila, esposa José Carmen Montero, una de las víctimas, dijo que todos estaban dedicados al comercio y no entienden como ni porque aparecieron en ese municipio desnudos y muertos.
Ā«Lo que manifiestan los familiares es que estas personas aparecieron asfixiadas. Esto sucedió mas o menos en agostoĀ», dijo Martínez en declaraciones telefónicas desde Barinas a Cadena Radial de Colombia con sede en Bogotá.
Aseguró que los cuerpos fueron sepultados como N.N. en el cementerio de Barinas y a pesar de las reclamaciones ante los entes venezolanos ha sido imposible la repatriación de los cuerpos
Las victimas fueron identificadas como Edison Antonio Páez, Jerson Flores, Israel Castrillon Santos, Jhonny Alberto Delgado, José del Carmen Montero, y John Esneider Palacios.
El cónsul colombiano indicó que debido a que las autoridades de Barinas no han suministrado ninguna información al respecto, el personalmente está realizando las averiguaciones sobre las denuncias de los familiares de las víctimas.
Los cuerpos aún estarían en la morgue, pero los familiares no han tenido acceso a ellos, añadió el funcionario diplomático. Los cinco colombianos que habrían sido asesinados se dedicaban a labores de construcción y la venta callejera de helados, según la denuncia de los familiares.
Martínez aseguró que en Barinas no se tiene información de la actuación de grupos irregulares colombianos, y la que la mayoría de colombianos residentes en ese estado se dedican Ā«pacíficamenteĀ» a actividades agrícolas.
La revelación de la denuncia de la masacre de los cinco colombianos se produce luego de que el fin de semana se encontraran los cadáveres de ocho colombianos, un peruano y un venezolano asesinados por hombres armados no identificados en el estado fronterizo de Táchira, que habían sido secuestrados con otros dos colombianos el 11 de octubre.
Embajadora de Colombia en Venezuela dice que la frontera es peligrosa
La embajadora de Colombia en Venezuela, María Luisa Chiappe, aseguró el martes que más allá de señalamientos de Caracas contra Bogotá, el caso del asesinato de 10 personas, la mayoría colombianas en una zona de frontera, era un hecho Ā«sin precedentesĀ» que revelaba la Ā«alta peligrosidadĀ» de las regiones limítrofes.
Chiappe, en una entrevista desde Caracas con la radio colombiana Caracol, dijo carecer de informes o confirmar la presunta presencia en territorio venezolano de agentes de la policía secreta de Colombia, o DAS, en labores de espionaje, como afirmó el lunes en una nota de protesta el gobierno del presidente Hugo Chávez.
Dijo que más allá de esos señalamientos de Caracas, el tema de fondo era el asesinato del grupo, que había sido reportado como secuestrado el 11 de octubre en una localidad del municipio Fernández Feo, en el estado venezolano de Táchira, en la frontera.
Los cadáveres de 10 hombres baleados aparecieron el sábado en distintos puntos del Táchira. De la matanza hubo un sobreviviente, un joven colombiano quien es atendido en un hospital militar en Caracas. Hasta ahora las autoridades de los dos países manejan diversas hipótesis sobre las causas de la matanza y que van de una probable acción de grupos guerrilleros, mafia hasta paramilitarismo.
Ā«No tengo conocimiento de personal del DAS realizando esas actividades en Venezuela. No voy a especular y sobre todo no voy a caer en provocaciones. Me parece que eso es lo más importante y no desviarnos del punto central que es la gravedad del hecho, de una masacre, donde fueron víctimas 10 personasĀ», ocho de ellas colombianas, un venezolano y un peruano, dijo la embajadora.
Y Ā«cualquiera que sea el autor (de la masacre), la gravedad sería la misma porque son hechos sin precedentes que nos están señalando que la frontera se ha vuelto un sitio de alta peligrosidad y que tenemos que ocuparnos los dos países de ese temaĀ», indicó.
Ā«No sé si estarían (los ocho colombianos) de ilegales en Venezuela, pero en este momento eso no tiene ninguna importancia. El hecho es que fueron víctimas de un hecho atroz y que ese hecho debe poner el dedo sobre la llaga, sobre el principal problema que tiene la relación binacional. Repito es la seguridad de la frontera, nosotros tenemos que trabajar conjuntamente en elloĀ», dijo Chiappe.
Aunque en la frontera colombo-venezolana de más de 2.000 kilómetros de extensión con frecuencia se producen delitos que van desde robos, contrabando, secuestros hasta extorsión y paso de drogas, casos como el del asesinato de la decena de hombres no se reportaban en tiempos recientes.