En la audiencia del juicio por el crimen contra tres menores de Tame, realizada el viernes 11 de mayo, la juez aceptó pruebas de refutación requeridas por el fiscal.
La defensa del subteniente Raúl Muñoz Linares, acusado de acceso carnal violento y homicidio, había presentado el testimonio de un supuesto desmovilizado de las FARC como fundamento de la versión según la cual los hechos fueron responsabilidad de miembros de esa guerrilla.
El testigo Elainer Payares, convocado por la defensa, sostuvo en la audiencia del 3 de mayo que «yo no dije que los habían matado», en referencia a los guerrilleros que señaló como sospechosos del hecho. Igualmente aseguró que no fue testigo presencial de los hechos, lo que deja sin fundamento esta versión.
En la audiencia del viernes, la parte acusadora pidió como pruebas de refutación los testimonios de los dueños de una finca de Arauca para los que habría trabajado Payares. Con los nuevos elementos se busca descartar que en el momento de los hechos el testigo fuera miembro de la guerrilla, y así desvirtuar la hipótesis de la defensa.
El fiscal pidió validar como prueba el dictamen grafológico que confirma que Payares le firmó recibos de pago al dueño de la finca en octubre del 2010, lo que establece que en ese momento era trabajador suyo y no guerrillero.
La defensa pidió no validar la prueba grafológica porque según él se hizo contra la voluntad del testigo. Pero el fiscal presentó un acta de consentimiento informado, que tanto la juez como la representante de la Procuraduría validaron como legítima.
El abogado defensor apeló entonces la medida y ahora se debe esperar el fallo del Tribunal para que se pronuncie sobre el hecho y poder reanudar el juicio.

