Corría el año 2002 y en el complejo petrolero Caño Limón, ubicado en el departamento de Arauca, un equipo de sicólogas de la empresa Occidental de Colombia (Oxy) que desarrollaba el programa ‘Convivencia Ciudadana’ encontró que varios trabajadores no sabían leer ni escribir, por lo que no podían identificar ni atender las normas internas de HSE y señalizaciones para prevenir accidentes.
Según German Parra, coordinador de la Unidad de Desarrollo Humano de la Fundación El Alcaraván, de esta historia surgió una campaña de alfabetización que se fue enriqueciendo con los aportes de maestros de escuelas vecinas al complejo petrolero, hasta crear la metodología ‘A Crecer’.
Durante nueve años, German Parra coordinó el programa, que incluía también a las comunidades aledañas. Ante la buena acogida se convirtió en el vehículo ideal para llevar otros programas al campo, como por ejemplo salud, apoyo sicosocial, manejo de factores de no violencia y componentes lúdicos.
Alrededor de 4.000 araucanos culminaron su primaria con esta metodología y en el año 2003 la Fundación le cedió los derechos a la Gobernación de Arauca, que implementó el programa en las cabeceras municipales llegando a tener entre 1.000 a 1.200 personas alfabetizadas por año en los municipios de Arauca, Arauquita, Tame, Saravena, Fortul, Cravo Norte y Puerto Rondón.
Tres años más tarde, la metodología fue ajustada y pasó de 20 cartillas a cinco: una por cada grado de primaria, y tres manuales: uno pedagógico, uno metodológico y una guía para el facilitador.
Competencia nacional
En 2008 el Ministerio de Educación Nacional (MEN) envió una delegación de la Universidad Nacional de Colombia a evaluar el programa “A Crecer” de Arauca y a todos los programas de alfabetización del país.
“Fuimos seleccionados como la mejor, ya que nuestra labor iba más allá de enseñar a leer y escribir. Incluía el mejoramiento de escuelas y tratar de llevar a la persona a finalizar la primaria; además, las temáticas inducen a que el campesino fortalezca su producción, se reconozca como persona importante en su comunidad y desarrolle ejercicios de asociatividad”, explica Parra.
En el año 2009 la Fundación le cedió la metodología al Ministerio de Educación y en alianza con Ecopetrol y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) impulsaron el programa Cero Analfabetismo, que comenzó a implementarse en 2012.
En este momento, las entidades involucradas en el programa están construyendo la secundaria con la misma metodología, para que quienes terminaron la primaria puedan culminar el bachillerato en sus respectivas veredas.
“La persona que no sabe leer ni escribir se siente inferior a los demás y piensa que lo que habla no está bien. En el momento en que se inserta en un proceso de educación se siente valioso y tiene herramientas para desenvolverse. Ya puede leer un recibo, un contrato de arrendamiento, firmar documentos y desplazarse a la ciudad sin temor a perderse, porque ya puede leer los avisos. Esto les da mucha fortaleza y cambian hasta su presentación personal”, afirmó Parra.
El Plan Nacional de Alfabetización del Ministerio de Educación Nacional (MEN) para finales de 2014 tendrá 240.000 colombianos leyendo y escribiendo. Esto implica para Ecopetrol un compromiso con la sociedad y las comunidades para la construcción del desarrollo en un marco de corresponsabilidad y respeto a los derechos humanos.