El hospital San Vicente de Arauca fue víctima de un atentado, en el cual salieron gravemente lesionados sus trabajadores y usuarios. Los victimarios usaron todo tipo de artimañas para robarse los recursos de la salud dejando sin centro asistencial a toda una comunidad.
Así se podría resumir, la situación que se presentó y muy seguramente podría continuar. Se robaron el Hospital San Vicente de Arauca a plena luz del día y delante de 100 mil habitantes. Antes que entrar a buscar salidas desesperadas, pero necesarias con la institución, los entes de control deberían conformar un bloque de búsqueda con los mejores investigadores para que establezcan qué fue lo que pasó, ya que a la ciudadanía se le debe explicar lo sucedido y el por qué se llegó a este estado de indigencia hospitalaria.
La experiencia de intervención del nivel central es de ingrata recordación en Arauca, no solucionó ningún problema, ya que el poder político pone sus fichas y muy posiblemente resulte peor el remedio que la enfermedad.
La verdadera salida está en el manejo pulcro de los recursos, en un compromiso y sentido de pertenencia de los empleados y sindicato de vigilar y denunciar cualquier irregularidad. Es sencillo: jugarle limpio a Arauca y al Hospital San Vicente de Arauca. Repudia ver a los ladrones de la salud: que se pasean con tranquilidad por las calles, ocupan sillas en las principales reuniones públicas y privadas, y su ambición desmedida los lleva a tener aspiraciones políticas. El pueblo debería castigarlos, si es que antes no lo hace la justicia.
Igualmente, debería responder la cómoda Junta Directiva y al menos por dignidad renunciar. Son ellos quienes decidieron y aprobaron el uso de los recursos del Hospital San Vicente, que en los últimos cuatro años superaron los 500 mil millones de pesos. Dinero suficientes para tener un centro asistencial modelo en el oriente del país, ahora no es tiempo de lamentarnos, confiamos en que la experiencia en administración hospitalaria del médico Ricardo Alvarado Bestene salve al Hospital San Vicente de Arauca y no lo entregue o liquide sin dar la pelea por revivirlo.
