Uno de los acuerdos a los que llegaron las delegaciones del Gobierno colombiano y el ELN en el cuarto ciclo de conversaciones de paz que se llevó a cabo en Caracas, Venezuela, entre el 14 de agosto y el 4 de septiembre, es la creación de zonas críticas.
Para elegir al Bajo Calima y San Juan como zona crítica y avance en el Bajo Cauca, nordeste antioqueño y sur de Bolívar se tuvieron en cuenta cuatro elementos:
- Asesinatos, amenazas y otras violaciones de derechos humanos a personas con liderazgos sociales, étnicos, ambientales y comunitarios, así como a personas defensoras de derechos humanos.
- La fuerte afectación de la población civil, incluyendo el desplazamiento forzado, el confinamiento, masacres, entre otros.
- Connivencia y tolerancia de alguna autoridad civil o militar con grupos armados ilegales, incluyendo toda forma de paramilitarismo.
- Acciones ofensivas de grupos armados ilegales, incluyendo toda forma de paramilitarismo, en zonas de presencia del ELN.
En estas zonas críticas el foco será la atención inmediata humanitaria pero acompañada con acciones de desarrollo social, ambiental, económico y territorial.
Toda la intervención será coordinada con la Vicepresidencia de la República, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, el Fondo Paz, el Departamento Nacional de Planeación, el Ministerio de la Igualdad y las autoridades departamentales y municipales.
La atención prioritaria incluirá, acciones para el fortalecimiento de las alianzas público- populares y público-privadas, de las organizaciones sociales, comunidades y de los pueblos étnicos.