Quiero aprovechar esta ocasión para mandar un saludo muy especial de año nuevo a la sufrida comunidad de Arauca; y para hacer algunas consideraciones sobre el estado en que se encuentra el proceso de negociación con el Eln.
Vamos a reiniciar el próximo 10 de enero en quito, ecuador, las conversaciones exploratorias con la delegación designada por el Eln a fin de establecer si existen las condiciones para iniciar formalmente una primera ronda de negociaciones públicas con este grupo subversivo, la cual, como es sabido, quedó postergada desde el pasado 27 de octubre.
El gobierno mantiene su voluntad de paz. lo mismo que la mayor buena fe para intentar buscar con el Eln una paz negociada.
Es decir, un escenario donde la política pueda hacerse, y muy especialmente en regiones como Arauca, sin el amedrentamiento de las armas contra la población civil ni contra el bien común.
Esperamos que de parte del Eln – en todos sus frentes, y no solamente en algunos de ellos -exista la misma disposición para la búsqueda de la paz por la vía democrática del dialogo civilizado.
Los tiempos modernos y el momento histórico que vive Colombia y el mundo, exigen lucidez para comprender que la política y las reivindicaciones sociales que se quieran promover deben buscarse por las vías democráticas: no por las vías violentas o terroristas; ni llevándose de calle los más elementales derechos humanos de la población civil que debe dejarse por fuera del conflicto.
Estas negociaciones comenzarían en quito sin que se haya decretado aun un cese al fuego bilateral y de hostilidades. allá deberíamos llegar en algún momento en el proceso de negociaciones, tal como sucedió con las Farc.
Pero para poder llegar a un cese al fuego bilateral se requiere previamente avanzar en la creación de la confianza con gestos humanitarios respetuosos de la sociedad civil y de los derechos humanos: no con hostigamientos o atentados.
Infortunadamente, hechos como los que vienen sucediendo en Arauca durante las últimas semanas: asesinatos de policías, hostigamientos a la población civil que debería dejarse por fuera del conflicto en virtud de elementales normas del derecho internacional humanitario, atentados contra la infraestructura nacional, Son hechos que en vez de facilitar dificultan llegar a un escenario de cese al fuego bilateral. y que en vez de acercar, alejan el poder llegar pronto a un acuerdo sobre un cese bilateral de fuegos y de hostilidades.
Mientras a ese escenario no se llegue, es decir, mientas no estén dadas las condiciones para un cese bilateral de fuegos y de hostilidades, es apenas normal que la fuerza pública legitima del país, lo mismo que las autoridades judiciales, sigan ejerciendo a plenitud todas las responsabilidades que les corresponde en materia de soberanía, de mantenimiento del orden público, y de represión del delito en todas y cada una de las comarcas colombianas.
La población civil de la martirizada región de Arauca, de cuya personería nadie puede reclamar vocería autorizada, exige con razón la paz y el sosiego, y que cesen los hostigamientos y la extorsión.
Las conversaciones que se prosiguen el próximo diez de enero en quito-ecuador tienen precisamente ese propósito: buscar la paz completa para Colombia y para cada una de sus regiones.
Mis mejores votos para un venturoso y, sobre todo, para un 2017 en paz para Arauca.
Juan Camilo Restrepo Salazar.
Jefe de la delegación gubernamental para los diálogos con el Eln.
