Sin embargo, las partes trabajan a toda máquina para lograr puntos de acuerdo que permitan avanzar en las negociaciones.
Aunque los integrantes del Eln han puesto a rodar en sus redes sociales la versión de que están listos para el Cese el Fuego Bilateral y Definitivo por un consenso interno de ese grupo guerrillero, lo cierto es que en la mesa de diálogo todavía hay profundas diferencias en el tema de las hostilidades, una de las condiciones del Gobierno, para llegar a implementar esa medida.
El ejecutivo ha sido enfático en que los guerrilleros deben abandonar todo tipo de acción delincuencial que afecte a la población civil y allí los Ā«elenosĀ» han justificado sus acciones terroristas manifestado que estarían dispuestos a suspender sus actos ofensivos, pero manteniendo los defensivos. Como esa posición no es lo suficientemente clara para lograr un acuerdo, el Gobierno ha reiterado que deben renunciar al secuestro, ataques a la infraestructura petrolera y a la extorsión.
Pero para los integrantes del Eln, el Gobierno solo les está pidiendo acciones o gestos de paz sin dar nada a cambio y por eso ellos están pidiendo que haya garantías, por el continúo asesinato de lideres sociales y defensores de Derechos Humanos.
Esas diferencias conceptuales han creado una especie de estancamiento en ese tema, pero están buscando las salidas que permitan un acuerdo real y tangible, para hacer los anuncios en los próximos días. Precisamente se está trabajando en 10 puntos, cinco de cada parte, sobre alivios humanitarios y una comisión técnica que trabaja sobre el cese al fuego bilateral.
Las delegaciones de paz esperan tener resultados concretos y anunciarlos antes del 1 de septiembre, fecha en la que terminará esta ronda de paz.
