“Si se invoca a la Madre de Dios y se la toma como Patrona en las cosas importantes, no puede ocurrir, sino que todo vaya bien y redunde en la gloria del buen Jesús, su Hijo”, decía el gran San Vicente de Paúl, Patrono de las obras de caridad y fundador de la Congregación de la Misión Vicentinos y de las Hijas de la Caridad.
Al recordar hoy la memoria de este Santo de la iglesia católica, el sacerdote Vicentino araucano, Carlos Alberto Hurtado Zocadagüí, ha determinado junto a la Fundación San Vicente de Paúl, como el Hogar de Paso que dirige, padrinos y el Carisma Vicentino realizar una eucaristía y el compartir una cena familiar con los migrantes venezolanos que se encuentran en condición difícil en el municipio de Arauca.
La comunidad está siendo convocada a partir de las 6:30 de la tarde de hoy a un costado del Fórum de los Libertadores para iniciar con las actividades programadas donde se tiene previsto entregar mil cenas, entregar cerca de 100 mercados que se harán en actividades familiares y de recreación, aseguró el padre, Carlos Alberto Hurtado Zocadagüí.
“Desde nuestro carisma queremos invitarlos a celebrar la fiesta de San Vicente de Paúl, patrono de las caridades, con la celebración de la Eucaristía y un encuentro de familias peregrinas del pueblo venezolano”, fue la invitación que hizo a los hermanos del vecino país en el municipio de Arauca el padre Hurtado Zocadagüí.
Con la iniciativa promovida por el sacerdote araucano, la Asociación de Mujeres Emprendedoras Proyectadas hacia el Futuro AMEPROF, terminaron vinculándose a la actividad, teniendo en cuenta que son madres cabeza de familia del conflicto armado y con hijos en condición de discapacidad, quienes sus 22 integrantes se encargarán de la preparación de los alimentos y el compartir con los ciudadanos venezolanos que se atenderán en esta reunión en el marco de la celebración del Carisma Vicentino.
Para San Vicente de Paúl la oración era lo primero y presentó la humildad como las primeras cualidades de los sacerdotes misioneros. Siempre buscó la paz y la atención a los necesitados, incluso en medio de las guerras de su época, convirtiéndose en consejeros de gobernantes y verdaderos amigos de los desposeídos.
San Vicente de Paúl partió a la casa del Padre el 27 de septiembre de 1.660, poco antes de las cuatro de la mañana, la hora a la que solía levantarse para servir a Dios y a los pobres. Invitados todos a participar de esta actividad a favor de nuestros hermanos venezolanos.
