«Es una oportunidad que no se nos presenta todos los días y la comida está muy buena… Aún más, sabiendo que es la cena», fueron las palabras de un joven venezolano de 15 años de edad, que pudo disfrutar junto a su abuela, una deliciosa cena brindada por el Hogar de Paso San Vicente de Paúl, en cabeza del Padre Carlos Alberto Hurtado Zocadagüí, junto a un grupo de Araucanos benefactores, que se unieron para llevarle un aliciente a aquellos hermanos que presentan múltiples necesidades.
Sobre las 7:00 de la noche de ayer, a un costado del Fórum Los Libertadores, se congregaron más de 1000 personas de nacionalidad venezolana quienes participaron activamente de la Santa Eucaristía presidida por el sacerdote Araucano Carlos Alberto Hurtado Zocadagüí en la que se dio gracias a la vida, pero sobre todo pidiendo la intercesión divina del Padre celestial y la Santísima Virgen María, a fin de que su bendición llegara a aquellas familias necesitadas, frente a la difícil crisis que atraviesa el vecino país de Venezuela.
Una vez concluida la Eucaristía, se procedió a compartir los alimentos en fraternidad, comunión y hermandad, notándose la alegría de los niños, de los jóvenes, adultos y ancianos, que esa noche podían irse a la cama habiendo disfrutado una deliciosa comida.
Y es que así fue manifestado por algunos de quienes allí participaron, los cuales dieron gracias al sacerdote, a los benefactores y comunidad araucana que aportaron para que, además de un plato caliente de comida, algunos pudieran llevar el sustento para una semana, representado en un mercado.
A pesar de que todo marchaba bien, el acto caritativo se vio empañado por la mala actitud de algunos desadaptados, que se abalanzaron prácticamente a arrebatar las bolsas de mercado que venían siendo entregadas de forma priorizada a las mujeres embarazadas, familias con niños, a personas con discapacidad… Presentándose un acto bochornoso que la gran mayoría de los asistentes, censuraron.
Cabe mencionar que quienes causaron este boicot, fueron jóvenes entre los 19 y 25 años de edad que incluso llegaron a irse a los golpes entre ellos ismos. El resto de comunidad se alejó y veían con pena como un acto de fraternidad se veía empañado por el mal comportamiento de estas personas.
A pesar de ello, las manifestaciones de vergüenza, rechazo y de ofrecimiento de disculpas hacia el padre y su comitiva, no se hicieron esperar. Ellos mismos reconocieron que por hechos como ese, es que les dan la espalda y cierran las puertas, porque algunos no saben valorar, ni agradecer la ayuda que la comunidad les brinda, pues agradecen a patadas los actos de buena fe.
Sin embargo, continuó entregando la cena hasta que todos los que allí estaban pudieron beneficiarse de alguna manera, de la buena voluntad y la caridad de la comunidad araucana, liderado por la iglesia católica, representada en el padre Hurtado Zocadagüí.
