Si hay un adjetivo con el que los médicos y especialistas de todo el mundo coinciden a la hora de definir a la pandemia del nuevo coronavirus es este: impredecible. Con 4,2 millones de casos en todo el mundo y casi 300 mil muertes hasta este lunes 11 de mayo, el COVID-19 moviliza lo que algunos expertos dicen es el más grande esfuerzo científico en la historia de la humanidad para encontrar una vacuna. Los cerebros más lúcidos en la ciencia, la maquinaria de las farmacéuticas más poderosas, están trabajando en encontrar una vacuna en tiempo récord, dado que las voces más optimistas hablan de que una búsqueda así puede durar tal vez un mínimo de 18 meses.
Y entre todas esas incertidumbres que esta pandemia ha traído al mundo también está su capacidad para generar, de manera que aún se desconoce, ataques en algunos pacientes a otras partes del cuerpo adicionales al sistema respiratorio.
«Aún no sabemos por qué hay tantas facetas de la enfermedad», dice Angela Rasmussen, una viróloga del Centro de la Infección e Inmunidad de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.»En conclusión, esto es tan nuevo que aún hay mucho que desconocemos», asegura la experta en una publicación del diario The Washington Post.
«Nos habían dicho al principio: fiebre, dolor de cabeza, tos. Después se sumaron la nariz que gotea, la garganta que pica. Después, algunos síntomas digestivos: diarrea, dolor de vientre», dice Sylvie Monnoye, médico de familia en París, citada por la agencia AFP.
Después los dolores en la caja torácica, la pérdida del gusto y el olfato, problemas de piel como urticaria o sabañones en los dedos de los pies, problemas neurológicos… «Hemos empezado a pensar que había que desconfiar de casi todo», comenta la doctora Monnoye.
Además, los médicos sospechan que el COVID-19 es responsable de la hospitalización de varias decenas de niños en Nueva York, Londres y París que presentan cuadros inflamatorios «multisistémicos» raros, que se asemejan a una forma atípica de la enfermedad de Kawasaki o un síndrome de choque tóxico, que ataca a las paredes de las arterias y puede provocar un fallo orgánico, se agrega en una nota de la AFP.
También observaron alteraciones en las hormonas sexuales masculinas, por lo que aconsejan a los jóvenes que quieren tener hijos que consulten cuando se hayan recuperado.
El Post, en un reportaje titulado ‘Los doctores siguen descubriendo nuevas formas en que el coronavirus ataca al cuerpo», informa que la experiencia clínica de más de cuatro meses en Asia, Europa y Norteamérica ha demostrado que el patógeno hace mucho más que invadir los pulmones.
Entre algunos de los cuadros que el COVID-19 ha presentado, se cita en el Washington Post a los siguientes:
– Ataca el corazón, debilitando sus músculos y alterando su ritmo
– Ataca intensamente a los riñones de tal forma que algunos hospitales se han quedado sin equipo de diálisis
– Se mueve a lo largo del sistema nervioso, destruyendo el sentido del sabor y el olfato y alcanzando el cerebro
– Puede crear coágulos sanguíneos que pueden matar con una eficiencia repentina e inflama los vasos sanguíneos a través del cuerpo
– La semana pasada, doctores advirtieron de una rara reacción inflamatoria con complicaciones cardiacas entre niños, que puede estar conectada al virus. (I)