Mario Andrés Ramírez, presidente ejecutivo de Fedelonjas, abordó el panorama actual del mercado de arrendamientos en Colombia, destacando un cambio significativo en la dinámica habitacional del país. Según Ramírez, Colombia ha pasado de ser una nación de propietarios a una de arrendatarios, con un 40,3% de los hogares viviendo en arriendo, superando ligeramente al 39% que vive en vivienda propia.
Este cambio se atribuye a la coyuntura económica reciente, caracterizada por altas tasas de interés, y a las ventajas que ofrecen las viviendas en arriendo, como mejor ubicación y acceso a servicios. Ramírez señaló que el arrendamiento se está convirtiendo en una opción cada vez más relevante para los colombianos.
Además, Ramírez comentó sobre el papel crucial que juegan las actividades inmobiliarias en la reactivación económica del país. En 2023, el sector inmobiliario creció un 1,9%, casi triplicando el crecimiento de la economía nacional, que fue del 0,6%. Se espera que la reducción de las tasas de interés impulse la adquisición de créditos hipotecarios y, por ende, la compra de vivienda nueva y usada, así como el arrendamiento, contribuyendo a un crecimiento económico proyectado entre el 2,5% y el 2,8%.
Ramírez también abordó la preocupación por las proyecciones menos favorables de otros sectores, como Camacol y el Ministerio de Vivienda, que indican una situación económica desafiante. Sin embargo, enfatizó la importancia del sector constructor, no solo por su impacto directo en la construcción, sino también por su capacidad para generar empleo y dinamizar la economía.
En cuanto a los precios de arrendamiento, Ramírez indicó que han experimentado un crecimiento nominal significativo, con el índice de precio de la vivienda usada alcanzando un 10,2%, cifra que resulta atractiva para los inversionistas. A pesar del aumento en la demanda de vivienda en arriendo, la oferta no ha seguido el mismo ritmo, lo que podría influir en los precios a futuro. No obstante, asegura que “la ley de propiedad horizontal regula los incrementos en los cánones de arrendamiento, limitándolos al IPC del año anterior, que para este año es del 9,28%”.
Concluyó destacando la autorregulación del sector y la posibilidad de negociar acuerdos en vivienda residencial cuando surgen dificultades en el pago del arriendo, lo que demuestra la flexibilidad y adaptabilidad del mercado inmobiliario colombiano.