El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) lanzó una campaña humanitaria que busca sensibilizar a la sociedad sobre las afectaciones y la zozobra generada por la presencia de minas antipersonal, los restos explosivos de guerra, los artefactos lanzados y de detonación controlada en las comunidades que habitan en zonas de conflicto.
Entre enero de 2018 y agosto de 2022, la CICR registró 1.938 víctimas de artefactos explosivos en Colombia, aunque los efectos indirectos en las comunidades, como el confinamiento, el desplazamiento, las afectaciones psicológicas y la zozobra también son alarmantes, por que transforman por completo y de manera profunda la vida de las poblaciones.
“Es una campaña que busca mostrar los efectos de la presencia, uso y abandono de artefactos explosivos, que generan consecuencias humanitarias. No necesariamente se presentan víctimas, pero estas comunidades quedan supremamente afectadas”, dijo a Caracol Radio Ana María Hernández, coordinadora de la unidad de contaminación por armas de la CICR en Colombia.
Entre los departamentos más afectados por este flagelo están Antioquia, Arauca, Chocó, Córdoba, Nariño, Norte de Santander, Cauca y Valle, en donde comunidades enteras experimentan temor, ansiedad e impotencia, pues han perdido sus medios de subsistencia y el acceso a servicios médicos y educativos al no poder transitar libremente por su territorio.
“Entonces, debe haber algún tipo de respuesta de las autoridades locales. Es muy importante que las comunidades conozcan sus derechos y los comportamientos seguros para evitar los accidentes, aunque la dificultad más grande es conocer las zonas contaminadas”, señaló Hernández.
Para la descontaminación de los territorios, Hernández recomienda un trabajo conjunto e integral entre el Estado colombiano y las comunidades. “No es solo eliminar la presencia de los artefactos de explosivos, se debe seguir trabajando con las víctimas y sobrevivientes. La educación en el riesgo para mitigar los accidentes debe ser contante. Además, las comunidades esperan soluciones para su desarrollo”, indicó la vocera del CICR.
En el lanzamiento de la campaña del CICR, en el Centro de Memoria Histórica de Bogotá, participó Orlando Balcácer Rincón, víctima de una mina antipersona en Arauca y líder de la asociación Asodipaz. Indicó que el confinamiento de la pandemia del Coronavirus ya pasó, pero hay uno que se mantiene vigente desde hace tiempo y se desconoce su final.
“La presencia de artefactos explosivos afectan a las comunidades en el turismo y el comercio. También sufre una estigmatización por parte de la sociedad. La situación en Arauca es compleja por las acciones de los actores armados. Es de mal gusto que las autoridades digan que todo está bajo control, porque no es así”, dijo Orlando a Caracol Radio.
Sobre la denominada ‘Paz Total’, que busca el Gobierno del presidente Gustavo Petro, Orlando aseguró que se deben incluir a todos los actores del conflicto, incluyendo, por supuesto, a las comunidades y víctimas. “El primer paso es prepararnos para ir a perdonar y tomar un plan de acción para lo que vamos hacer en el futuro”, concluyó.