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Disidencias de las Farc afianzan red criminal en la frontera con Venezuela



Informe dice, que 'Gentil Duarte' coordina actividades de narcotráfico y reclutamiento de menores. (Tomado de El Tiempo). 

‘Gentil Duarte’, uno de los hombres más buscados en Colombia y por quien el Gobierno ofrece hasta 2 mil millones de pesos en recompensa –al ser considerado el máximo jefe de las disidencias al oriente del país– se encuentra desde noviembre del año pasado en el estado venezolano de Amazonas.

‘Duarte’ llegó al país vecino huyendo de las operaciones de la Fuerza Pública en su contra, y desde ese territorio ha buscado afianzar su estrategia para expandir su red criminal.

Miguel Botache Santillana, nombre de pila de ‘Duarte’, estuvo por más de 30 años en la exguerrilla de las Farc que se desmovilizó tras el acuerdo de paz, e hizo parte de la mesa de negociación en La Habana. Pero, en un giro inesperado, ‘Duarte’ fue expulsado de la organización en julio de 2016.

‘Gentil Duarte’ logró consolidar inicialmente unos 300 hombres en armas de los frentes primero, séptimo, 16 y 62, que hacían presencia en el oriente del país, pero hoy estaría al mando de más de 1.000 hombres en armas, de los cuales por lo menos una tercera parte estaría en Venezuela.

Aunque el común de las personas denomina estas estructuras como disidencias, debido a su peligrosidad, el Gobierno las ha categorizado como grupos armados organizados residuales (Gaor), organizaciones a las que se puede enfrentar con todo el poder del Estado, es decir, hasta con operaciones de bombardeo.

‘Gentil Duarte’ se encuentra en Venezuela “coordinando el envío de la cocaína que se procesa en Colombia y que negocia directamente con carteles mexicanos como el de Sinaloa, su principal aliado, y carteles de Brasil. Esto con la complicidad de la guardia venezolana, que le permite el control tanto de las pistas ilícitas y lícitas para el envío de toneladas del alcaloide”, dijo una fuente de inteligencia de la Fuerza Pública a EL TIEMPO.

Otro socio estratégico que activó ‘Duarte’ de sus días de guerrillero se relaciona con la mafia de Siria, a la que le está comprando armas a buen precio.

Tras las diferentes investigaciones, el trabajo de inteligencia está manejando la hipótesis que advierte “sobre el riesgo enorme de que muchas de las armas que portan hoy las disidencias estén saliendo de un mercado negro en el interior de las Fuerzas Armadas Venezolanas”, lo que tiene encendidas las alarmas en Colombia.

‘Gentil Duarte’ goza de la protección de su tercer hombre al mando, ‘Jhon 40’, quien desde hace más de dos años se encuentra en el estado de Amazonas (Venezuela), donde ha logrado consolidar una estructura armada con cerca de 300 hombres, la gran mayoría venezolanos.

Los han reclutado aprovechando la problemática económica y social de Venezuela, les pagan muy poco, y los tranzan más por comida, ropa y protección”, dijo la fuente, quien explicó que la evaluación actual de la presencia de las disidencias en Venezuela se logró con base en la información recopilada durante los últimos meses a través de fuentes humanas: disidentes activos, y de otros que se han presentado a las autoridades.

Géner García Molina, o ‘Jhon 40’, heredó todo el conocimiento de las Farc. Es considerado por las autoridades un experto en mover la producción y exportación de cocaína, por lo que controla los corredores fluviales y terrestres que van desde Vichada y Guainía hasta el estado de Amazonas en Venezuela.

Esto le da el control de las rutas del narcotráfico y de la minería ilegal, en especial lo que se denomina ‘el arco minero del Orinoco’, donde expertos estiman que Venezuela puede tener la mayor reserva de oro, sumado a la explotación del coltán.

Campos de entrenamiento

‘Gentil Duarte’ y ‘Jhon 40’ reactivaron las antiguas escuelas de entrenamiento en territorio venezolano, específicamente en los estados fronterizos de Amazonas, Táchira y Apure, a donde llevan tanto a colombianos como venezolanos para instruirlos en ideología política y en estrategias armadas.

En los puntos de entrenamiento, según advierte el reporte de inteligencia, sus hombres aprenden a manejar armas, a realizar movimientos tácticos, técnicas de seguridad área, inteligencia delictiva, el empleo de artefactos explosivos y acciones terroristas.

Un factor que preocupa a la Fuerza Pública es el reclutamiento forzado de niños y niñas entre los 12 y 14 años que se están llevando a la fuerza, especialmente de resguardos indígenas. Tan solo en Guaviare se ha conocido del reclutamiento de unos 50 menores de edad, cuyas familias no denuncian por el temor a represalias. Estos niños son entrenados en los campamentos en territorio venezolano, y luego de unos meses los regresan a cada frente en Colombia.

‘Gentil Duarte’ plantea que su grupo no es una disidencia sino la verdadera guerrilla, y por ello en octubre de 2017 realizó una cumbre en zona rural de El Retorno en Guaviare, donde planteó la ideología política y fijó como meta lograr entre el 2018 y el 2019 unos 6 mil u 8 mil hombres en armas, por lo que a través de emisarios ubicó a otros jefes de disidencias en el país en busca de una hegemonía.

Según fuentes de inteligencia, ‘Duarte’ no ha logrado consolidar esa estrategia por dos razones: la primera es porque está dirigiendo la estructura desde Venezuela, y la segunda, porque en Colombia tiene como encargado de su grupo a alias Iván Mordisco, disidente –a quien se lo reconoce con una personalidad belicosa y conflictiva– que no tiene la misma aceptación que ‘Duarte’. Esto se suma a la pérdida de ‘Rodrigo Cadete’ en una operación de la Fuerza Pública el pasado 2 de febrero, cuando quedó atomizada la estructura del frente 62 que estaba a su mando. Tras esa acción fueron 17 los muertos y resultaron capturados 42 de sus integrantes.

El frente 62 se encargaba de dar paso a la cocaína procesada en Colombia, por lo que se estima que ‘Gentil Duarte’ podría verse obligado a salir de su zona de confort (Venezuela) y venir a Colombia a recomponer el grupo criminal, vital para la organización.

Alerta por reclutamiento de menores en tres zonas del país

El reclutamiento de menores por parte de las disidencias de las Farc tiene encendidas las alarmas en tres regiones del país. En Guaviare, Nariño y Norte de Santander, las autoridades están preocupadas porque miembros de esos grupos que no se desmovilizaron tras el acuerdo de paz se están llevando a la fuerza niños y niñas para cumplir con la meta de reclutamiento impuesta por los jefes de esta red criminal.

En Guaviare, entre 2016 y 2018 se elevaron varias alertas tempranas, una de ellas por la Defensoría del Pueblo que advertía del reclutamiento forzado por las disidencias.

Aquí la situación es grave. Se llevaron por lo menos a 30 niños, no solo de los resguardos indígenas sino también de los internados rurales. Pero ¿quién va a denunciar, si la ley la imponen ellos?”, afirmó una autoridad civil de ese departamento.

En Nariño también existe una alta preocupación, pues, según autoridades locales, los residuos que quedaron de algunos frentes que eran de la guerrilla de las Farc aterrorizan a la población, por lo que muchas veces, las personas no denuncian cuando los menores son arrebatados de sus familias para hacer parte de alguna de las estructuras.

La constante es la misma, no denuncian por el temor a las represalias y porque saben que de una u otra forma volverán a ver a sus hijos y los tienen cerca

Aquí, en Nariño, el tema genera debate y preocupación todos los días. Hay dos frentes de las Farc grandes, el ‘Oliver Sinisterra’ que delinque por la costa Pacífica, en Telembí y Barbacoas. Y el frente ‘Estiven González’, el cual hace presencia en los 7 municipios de la cordillera”, dijo a EL TIEMPO un integrante de la Gobernación de Nariño, quien agregó que “estas estructuras se están llevando los niños, pero sus familias no denuncian por miedo y porque estas redes criminales conviven en la zona”.

Según esa fuente, el reclutamiento forzado en ese departamento “es alto”.

En Norte de Santander, la situación es mucho más pausada. Sin embargo, una fuente de la Policía que pidió el anonimato aseguró que en esa región existe el agravante de que los niños que se llevan a la fuerza son pasados a campos de entrenamiento en el estado de Apure, en Venezuela.

La constante es la misma, no denuncian por el temor a las represalias y porque saben que de una u otra forma volverán a ver a sus hijos y los tienen cerca”, añadió la fuente policial.

Además de las disidencias de las Farc, hay otros grupos armados ilegales que continúan con la práctica de alistar menores para sus actividades.

El año pasado, la Defensoría del Pueblo había emitido 73 alertas sobre reclutamiento de varias de esas organizaciones, principalmente en Antioquia, Chocó y Nariño.

Según la entidad, “los grupos armados al margen de la ley que realizan estas actividades ilegales son las Autodefensas Gaitanistas Colombianas (Agc), el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y las hoy conocidas disidencias de las Farc”.


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