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Muere monseñor Rafael Arcadio Bernal Supelano, quien fuera obispo de Arauca



A la edad de 84 años de edad, en la ciudad de Bucaramanga se produjo hacia las 10:20 minutos de la noche de este viernes 11 de enero el fallecimiento de monseñor Rafael Arcadio Bernal Supelano, quien fuera el pastor durante 13 años de la Diócesis de Arauca.

 

En una breve comunicación, la Conferencia Episcopal de Colombia, dio a conocer el fallecimiento de este prelado colombiano, Obispo emérito de Líbano-Honda, en el departamento del Tolima, víctima de una neumonía.

Los obispos a través de un mensaje enviado por Monseñor Elkin Álvarez Botero, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, expresaron su acción de gracias a Dios por la vida y el ministerio de monseñor Bernal Supelano.

Invitaron a toda la Iglesia en Colombia a unirse en oración “para que Dios conceda la gloria eterna a este servidor bueno, que entregó generosamente su vida en el servicio a Dios y a los hermanos”.

Las exequias del obispo emérito se realizan este domingo 13 de enero, a las 3:00 de la tarde en la Catedral de Bucaramanga. Posterior a ello su cuerpo será cremado y sus cenizas serán llevadas para ser sepultadas en la Catedral de Líbano –Honda, en el departamento del Tolima, donde ejercía como obispo emérito.

La vida de Monseñor Rafael Arcadio Bernal Supelano

Monseñor Rafael Arcadio Bernal Supelano nació el 28 de Noviembre de 1934 en Zipaquirá (Cundinamarca). Cursó los estudios de secundaria en el Seminario Redentorista de Servitá (Santander). La Formación en Filosofía y Teología la recibió en el Seminario Mayor de los Padres Redentoristas de España (Valladolid). Allí obtuvo el grado de Doctor en Filosofía de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Emitió su profesión religiosa solemne en la Congregación del Santísimo Redentor el 22 de agosto de 1952 y fue ordenado sacerdote en Valladolid (España), el 11 de enero de 1959.

Como sacerdote se desempeñó como Profesor, Prefecto y después Rector del Seminario Mayor de los Padres Redentoristas en Suba; Profesor de Filosofía en las Universidades bogotanas de San Buenaventura y de Santo Tomás de Aquino, también en el Seminario Arquidiocesano de Bogotá; Superior de la Comunidad y Párroco de San Gerardo María Mayela en Bogotá; Miembro del Consejo Provincial y, posteriormente, Superior Provincial de la Congregación del Santísimo Redentor en Colombia.

El 27 de febrero de 1978 fue nombrado Obispo titular de Amudarsa y Vicario Apostólico de Sibundoy. Recibió la ordenación episcopal el 15 de abril de 1978. Fue trasladado a la Diócesis de Arauca el 29 de marzo de 1990, en donde ejerció su ministerio hasta el año 2003.

El 10 de enero de 2003 el Santo Padre Juan Pablo II lo nombró Obispo de Líbano-Honda. El 28 de febrero de 2004 fue aceptada su renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis de Líbano-Honda, a tenor del canon 401,2 por quebrantos de salud.

Monseñor Rafael Arcadio Bernal fue el segundo Obispo que tuvo la Diócesis de Arauca, luego del asesinato del hoy Beato Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, en el año 1989. Ejerció su pastoral durante 13 años en la Diócesis de Arauca.

Durante su periodo pastoral fortaleció la fe de la comunidad a través de la misión diocesana con la ayuda de la comunidad de Los Redentoristas. Fue el fundador del Seminario Teologado San José Obrero de La Esmeralda en Arauquita.

Además, fortalecer los Hogares Juveniles Campesinos en La Esmeralda de Arauquita y en Tame, organizó en Arauca el Hogar Emaús para atender y ayudar a las niñas en riesgo de perderse en las calles o en sus problemáticas familiares, muy vulnerables con la ayuda de las Hermanas Hijas de María Inmaculada Corredentora.

Monseñor Rafael Arcadio Bernal Supelano, fue quien ordenó sacerdote al araucano, padre Carlos Alberto Hurtado Zocadagüí, de la comunidad Vicentina, quien al conocer el deceso de este prelado católico, expresó gratitud eterna a monseñor Rafael Arcadio Bernal Supelano, quien le confirió la consagración de su ministerio sacerdotal, de la que dijo es la más alta vocación que le ha regalado Dios.

“Monseñor Arcadio fue para los araucanos un ejemplo de verdadero Pastor, trabajador pastoral, humildad, sencillez y celo pastoral por la salvación de las almas. Este gran misionero edificó sobre su tumba muchos momentos a Dios, santos y sabios sacerdotes, tesoros de la Santa Madre Iglesia Católica”, fueron las palabras con la que el sacerdote araucano Hurtado Zocadagüí, recordó a quien fuera su guía espiritual.

Monseñor Rafael Arcadio Bernal Supelano, desde febrero de 2004, ejercía como Obispo Emérito de Líbano - Honda, luego de que le fuera aceptada su renuncia pastoral según el derecho canónico.

 


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