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Ahora la culpa es de la vaca

  • ¡Ni más faltaba! Ahora la culpa es de los ganaderos que vendieron su ganado con aftosa; como si no hubieran pasado por innumerables controles: de la POLFA, para saber si era ganado de contrabando; del Ejército, para establecer la propiedad; o del ICA, para determinar sus condiciones sanitarias.



¡Ni más faltaba! Ahora la culpa es de los ganaderos que vendieron su ganado con aftosa. Como si no hubieran pasado por innumerables controles: de la POLFA, para saber si era ganado de contrabando; del Ejército, para establecer la propiedad; o del ICA, para determinar sus condiciones sanitarias.

Ahora resulta, que nadie vio las más de 50 mil reses que salieron de Arauca para el centro del país; muchas de ellas robadas, de contrabando o animales enfermos con Aftosa. Resulta igualmente sorprendente que los únicos brotes fueron en esta zona de frontera, como si Norte de Santander, el Cesar o la Guajira no tuvieran frontera con Venezuela. ¿O sería que usaron la misma trocha por donde pasan cientos de galones de combustible, que se vende sin mayores controles en los Departamentos de la costa?.

Causa igualmente extrañeza, que mucho del ganado proveniente de Arauca y que fue comercializado para la ceba en el Casanare o el Meta, esté “limpio” de aftosa, como si no proviniera de los mismos hatos de esta región del país.

Si bien se comprende que son necesarias las medidas sanitarias, pereciera que éstas estuvieran encaminadas solo a un sector del gremio ganadero, mientras se defiende a capa y espada a otras zonas productoras, como si allí tuvieran “Vacas Sagradas”, con más influencia política que en esta región.

Quedó evidenciado que Arauca no tiene quien la llore, cuando sin sonrojarse, desde el gobierno departamental, se dijo en la reunión de los ganaderos, que "pensaban" que la cita era para otro día. Ni que decir del gobierno nacional, cuando no enviaron ni siquiera una nota de excusa.

Debemos entender que la ganadería es el pilar fundamental de nuestra economía y si ésta se debilita, la afectación es para todos los habitantes del departamento. Hoy más que nunca se reclama solidaridad y unión por parte de los comités de ganaderos y de la federación. Arauca continúa en pie de lucha en defensa de sus intereses, en defensa de una tradición y negocio que mueve 300 mil millones de pesos al año.

Y como es mejor echarle la culpa a algo o a alguien, pues nada más decir que: "la culpa es de la vaca".


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