Carne de contrabando se comercializa sin control de las autoridades en Arauca
Hay un rechazo generalizado de la comunidad araucana por la poca efectividad de las autoridades para el tema de control del ingreso de carne de procedencia venezolana.
La denuncia que se hace desde el anonimato, pero es tan visible a la luz de los cientos de araucanos que frecuentan la plaza de mercado y sus alrededores donde no hace presencia ninguna autoridad, ni la policía como la administración local, quienes tienen que velar por controlar esta irregularidad.
Una mujer que se atrevió a realizar esta denuncia a través de los micrófonos de Noticias Caracol, llamó la atención de las autoridades de policía como de la administración municipal para que ejerzan los controles, que sean efectivos para contrarrestar esta práctica que cada día es más frecuente con la permanencia y visitas de venezolanos que vienen a comercializar este producto sin que se conozcan las condiciones sanitarias en que son sacrificadas como su manipulación.
Según la denunciante, esta situación de venta irregular de carne que es transportada en pésimas condiciones de salubridad, en bolsos y bolsas plásticas por los ciudadanos venezolanos que buscan el rebusque en la población araucana, está llevando a la quiebra a los peseros o expendedores de la plaza de mercado, mucho de ellos incluso pasan los días sin vender un kilo del producto, el que se puede conseguir a seis mil pesos el kilo, tal como lo ofrecen los venezolanos en este rebusque desleal, teniendo en cuenta que los vendedores legalmente constituidos en la plaza de merco pagan un impuesto a la administración local.
La situación que se ha salido de control de las autoridades por su poca efectividad, ha llevado consigo a la creación de una plaza satélite de mercado en el paso de las canoas donde se comercializa carne, queso, pescado y hasta gallinas del vecino país sin ningún control de las autoridades policiales como de la administración municipal, porque ninguno cuenta con permiso ni la guía sanitaria de procedencia del producto que se viene comercializando a cientos de araucanos que por ahorrarse unos pesos prefieren comprar en estos puntos, exponiéndose a adquirir una enfermedad quizás por la carne que no se sabe en qué condiciones estén los animales que a diario son sacrificadas.